Son
dos referencias muy breves las que hay en caja sobre el producto, la
primera que es café
molido de tueste natural
procedente de agricultura
ecológica,
y la segunda que es café
orgánico certificado de alta calidad. Gestionado ecológicamente en
plantaciones medioambientalmente sostenibles y crecido bajo la sombra
de la selva, circunstancia que le otorga una suavidad y finura
excepcionales.
Es decir: no dice nada, ni variedades ni orígenes porque eso de
selva... ¿es la Selva Negra..? Intuyo que no. También nos habla de
una suavidad y finura excepcionales, pero en ningún lado de la
intensidad, que sí es suave. La parte buena es que es un café
sabroso, con un buen retrogusto, que en un momento nos recuerda al
chocolate, y muy agradable en el paladar. Algo caro, pero es un buen
café.
La
caja es muy bonita, su diseño es contemporáneo y es muy funcional,
el logotipo de la compañía es muy original, formando con la D y la
C una taza de café. Con un tamaño similar al de muchas otras
marcas, dentro vienen sueltas 20 cápsulas de color verde claro
pastel.
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