Dice
el fabricante que es un café afrutado
y aromático,
y lo amplía argumentado que las
delicadas notas de las laderas Colombianas aportan un café que
destaca por su suavidad y apreciada acidez. Ideal para disfrutarlo
solo.
El café es así, afrutado y con una acidez muy compensada con
respecto al dulzor, que al no ser muy intenso ―la intensidad es 5―,
está pleno de matices. En ningún lado pone el tipo ni la variedad
de café, y nos hace suponer que es un único origen el hecho de que
en caja haya un logotipo de Caféde Colombia
―el de la montaña, el campesino y la mula, que muchos recordarán
como el de Juan
Valdez―.
Aunque es algo caro, la calidad es magnífica
En
la web (a día de hoy), dice que es rico
e intenso. Una compleja mezcla de ricos arábicas de Ámerica del Sur
con robustas de gran personalidad desarrollan una taza de cuerpo
intenso y rica en contrastes,
texto que puede crear confusión, porque es exactamente el mismo que
ponen en otras variedades de la gama, por ejemplo en Varanasi.
La
caja es sencilla, negra, con una banda vertical verde que llega al
logotipo que prácticamente sirve como cierre; en medio hay una foto
de una cápsula ver por delante y una taza vista desde arriba por la
parte de atrás. En el interior hay 10 cápsulas de color verde con
la tapa negra.
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