Del mismo fabricante que las populares cápsulas de Oquendo,
en caja se nos dice que es un café de cuerpo pronunciado y
aromático, con ligeras notas de fragancia a madera y cereal.
Espresso de gran cremosidad y amargor moderado. Ideal para tomar en
el desayuno y con leche. También solo para los paladares de gustos
intensos. Buena presentación, pero demasiado bonita para ser
cierta porque en realidad nos encontramos un café acuoso, con poco
sabor, eso sí tostado, y la crema... apenas una corona de espuma en
la superficie. Además tiene un handicap, las cápsulas se deforman
fácil con el calor, y esto influye también en el sabor ―también
tuve problemas con las cápsulas en Montecafé Suave, donde se
despegaban las tapas―. Por lo demás, la caja, informa de la
intensidad, 9, en dos gráficos distintos. Es un claro ejemplo de
que, muchas veces lo barato sale caro.
La presentación es una caja con un diseño muy sobrio pero muy
adecuado al producto, en la que vienen sueltas 10 cápsulas de color
granate, haciendo juego con el diseño del envase.
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