
Poca información en caja
salvo que se
recomienda prelavado ―como para todo lo que
hagamos con nuestra cafetera― y que los ingredientes son
cacao
en polvo, sin más, y bueno, el cacao es o debería ser amargo y
esto es muy dulce, además el aspecto no indica eso, a través de la
cápsula, transparente, se ve cacao granulado mezclado con otros
granos cristalinos de color blanco que tienen todo el aspecto de ser
azúcar. Se echa de menos que se especifique si la dosis ideal es la
tipo
espresso o la tipo
lungo, si la dosis es la
primera, queda muy azucarado, si es la segunda muy aguado, así
que... difícil calibrarlo.
El
caja tiene un diseño bonito, de líneas modernas ―como el resto de
la gama―, y dentro vienen 10 cápsulas transparentes, todas ellas
dentro de una bolsa de papel de aluminio duro y resistente, que al
abrirla es una explosión de aroma ―sin duda lo mejor del producto―
de cacao.
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