La
suavidad y a dulzura del café arábico de las vastas llanuras de
Cerrado.
Con esta sencilla frase, el fabricante nos da una información muy
completa del café, especificando tipo y localición geográfica muy
precisa. Por si fuera poco, ahonda más explicando que las
culturas de café de Brasil se extienden por vastas superficies,
donde el paisaje se pierde de vista. El clima tropical, la naturaleza
exuberante, el color verde de las llanuras se materializan en un café
rico, suave y aromático. Entre las diferentes subregiones, Torrié
ha elegido a Cerrado –la primera región de producción demarcada y
considerada como la que produce los mejores cafés de Brasil.
Siguiendo la línea de la gama, también ofrecen unas notas de cata
muy amplias y creo que correctas: según la vista, crema
de color avellana;
según el olfato, notas
de cacao y vainilla,
y según el gusto, acidez
y cuerpo moderados. Es un café aterciopelado y equilibrado, con algo
de dulzura.
También trae sus dos tradicionales medidores sobre cinco, con un 4
para el aroma y un 3 para el cuerpo. Algo caro, pero muy bueno.
La
caja es pequeña, con forma cúbica, con un diseño bonito. Dentro
vienen 10 cápsulas marrón claro, tipo dulce de leche, todas ellas
dentro de una bolsa de plástico fino transparente.
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