Café monovarieta, 100%
arábica según los ingredientes, y de un único origen, Kenia, de
este fabricante polaco, que en caja dice ―traducción del texto
inglés― que Kenia Coffee es una composición de los más finos
granos de arábica procedentes de Kenia. Tiene una acidez media junto
a una ligera nota de chocolate en el sabor, y la acidez está
perfectamente descrita, las notas de chocolate son más intensas que
ese 'slight' del texto inglés, además de un poderoso regusto
torrefacto, que lo hacen un café aparentemente más intenso que ese
9 que le adjudican a la intensidad en caja. El servicio recomendable
es como espresso, aunque el fabricante dice que también es válido
para ristretto y lungo. Es un muy buen café y además
bastante barato.
La caja es pequeña,
rectangular y estrecha, algo incómoda con su doble tapa. El diseño
es una variación de la marca, en marrones y crema, donde está el
logo, y la mitad derecha tiene una banda de arriba a abajo de color
violeta, que casi llega al borde derecho, en la que que hay algo que
emula un sello, trae datos del origen y una foto del típico
atardecer africano, con silueta de elefantes junto a una acacia en la
sabana africana. Dentro hay, totalmente sueltas, 10 cápsulas negras,
con la tapa de color crema y el logotipo serigrafiado en plata.
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