
Café de la serie
Creations, en la que cada café lleva firma de su maestro
tostador, en este caso
Dominique T. que dice sobre él que
la
inspiración de un espresso se encuentra en la sutil poesía de la
naturaleza misma. La combinación de granos de café de alta calidad
de Sumatra y de las laderas volcánicas de Kenia otorga la energía
viva a esta selección que evoca el frescor de la madera, el rocío
al amanecer y ligeras notas a frutas del bosque. Disfruta de mi
creación. Muy bucólica la descripción de la que me quedo con
la evocación a madera, muy presente sobre todo en el largo e intenso
retrogusto del café ―así que podemos obviar la frescura...―. El
resultado final es muy bueno, y es un café ideal para que lo
degusten todos los que opinan que todos los cafés de
Marcilla saben
igual.
La caja, como en casi
todos los cafés del
fabricante, es una fuente inacabable de
información, además de la nota ya citada del autor, vienen otras
también bucólicas de alabanza, la intensidad ―8―, el tipo de
taza recomendada ―pequeña― , que
este café está cultivado y
cosechado de forma sostenible, y todas las leyendas de empresa,
legalidades, etc.
Su presentación es una
caja, muy elegante, con diez cápsulas completamente transparentes,
cada una de ellas en bolsa individual herméticamente cerrada y con
un diseño similar al de la caja.
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